Alonso Ancira ha pagado los primeros 50 millones de dólares de los doscientos que tiene que pagar por el robo que se hizo con la venta fraudulenta de Agronitrogenados en el año de 2016. Sigue el  turno al ex secretario de Energía Pedro Joaquín Coldwell, el operador de todo ese operativo que desfalcó al país.

El fraude creció porque después de la recompra que se hizo, se realizaron varias reparaciones de millones de dólares hasta sumar 722 millones de dólares. Hasta la fecha la procesadora de agroquímicos sigue sin producir ni un solo kilo de fertilizante.

Emilio Lozoya ha dicho que quien presidió todos esos asuntos fue el titular de la Secretaria de Energía, Pedro Joaquín Coldwell. Efectivamente, el cozumeleño fue quien presidió todos estos negocios y firmó su autorización. Es el máximo responsable de este acto delictivo.

Sin embargo es notorio que no se le involucra ni por error. Sin duda esto no es gratis. Se trata de acuerdos bajo la mesa que le permitirán total impunidad, a pesar de que las denuncias están en la Fiscalía General de la República desde que inició la cacería de Lozoya y de Alonso Ancira (el primero en la cárcel o otro prófugo, pero negociando desde Estados Unidos). También hay denuncias ante la Auditoría Superior de la Federación.

Pedro Joaquín Coldwell, ejerció como titular de la Secretaría de Energía (Sener) y fue el gran promotor de la Reforma Energética, por lo que estuvo en la primera fila de las reparticiones de recursos y candidaturas producto de esos enjuagues y escandalosos fraudes.

Ahí fue donde su medio hermano Carlos Manuel Joaquín González quien fue subsecretario de Turismo en el mismo cuestionado sexenio de Peña Nieto, tuvo la oportunidad de llegar a la gubernatura por el PAN, porque con el PRI no habían podido llegar porque no lograron el control del tricolor estatal.

La ASF presentó la denuncia el pasado 27 de septiembre de 2019 ante la FGR, por lo que la dependencia inició una carpeta de investigación por la compra de la planta de fertilizantes Agro Nitrogenados a sobreprecio. Valía unos cincuenta millones de dólares y el 20 de diciembre 2013 le pagó el gobierno de Enrique Peña Nieto a Alonso Ancira dueño de Altos Hornos de México, 275 millones de dólares. A lo que hay que agregar que desde agosto 2014 al 2017 se invirtieron otros 447 millones de dólares para poder ponerla en operación, además de que la chatarra sobrante que se vendió, representó pérdidas más de 180 millones de pesos para Pemex.

También presidió Coldwell la sesión del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos, donde se les informa a los consejeros que se exceptuaría el proceso de licitación en un contrato a favor de la transnacional Odebrech.

En la orgía de corrupción, se siguieron los apoyos a los procesos electorales de esos años, de los cuáles Santiago Nieto, recién destituido de la UIF por actos de corrupción, ha dicho y escrito en libros que uno de los estados donde puede asegurar que hubo dinero sucio de Odebrecht fue Quintana Roo. Así lo manifiesta en «Sin Filias ni Fobias».

Carlos Joaquín fue priista hasta que Peña Nieto le ordenó ser panista, a final de cuentas todo era PRIAN. Vale recordar que fue su subsecretario de Turismo y de ahí saltó a la candidatura para gobernador. Los panistas también tenían que recibir parte del pastel electoral por haber sido los más firmes defensores de entregar los recursos de la nación al extranjero con su llamada Reforma Energética. Pedro Joaquín Coldwell, fue uno de los operadores de estas negociaciones de intercambio político. Así los joaquines rompieron el control de Félix González Canto y saltaron nuevamente a la palestra quintanarroense derrotando a Mauricio Góngora, el candidato borgista-felixista. Ganada la gubernatura todo parecía mil sobre hojuelas, hasta que llegó Lozoya extraditado desde España y que ahora se encuentra encarcelado.

Hay muchas evidencias de múltiples actos de corrupción y mapacheo electoral que fueron perdonados. En plena campaña del 2016, Carlos Joaquín se detuvo a una camioneta de legisladores federales panistas, cargada con millones de pesos en billetes de 200 y 500, el vehículo detenido con toda su “mercancía”, se llevó a las instalaciones de la entonces PGR y ahí se disolvió toda evidencia. El dinero para la compra de votos era tanto, que incluso días después de las elecciones del 5 de julio de 2016, se decomisaron en el aeropuerto varias maletas repletas de dinero que iban a la ciudad de México por una falsa empresa de valores que dio un domicilio donde estaba una discoteca. La investigación en ambos casos se detuvo de manera tajante.

La danza de los millones que Odebrecht manejaba para sobornar a panistas y priístas a cambio de contratos en proyectos petroleros, eran aterrizados a través de Emilio Lozoya, titular de Pemex de 2012 a 2016. Los depósitos se hicieron en Latin American Asia Capital Holding, empresa offshore con sede en las Islas Vírgenes, desde donde se realizaban depósitos a otra cuenta a nombre de Innovation-Research, después las enviaban a otras firmas en México y en las Islas Caimán. Al cabo de varios depósitos a diferente cuentas con el fin intentar difuminar toda evidencia acerca de la ruta del dinero. Al final retiraban el efectivo que transportaban en camionetas llenas de dinero llegaban a las mapacheras del blanquiazul y tricolor, desde donde tomaban su parte, repartían a los pequeños partidos aliados, a los promotores del voto que componen la estructura electoral y a periodistas aliados y serviles.

Carlos Joaquín se ha caracterizado por tener un gobierno sin obras y con muchos cuestionamientos. Sus grandes negocios que hizo a costa del dolor de los quintanarroenses por la epidemia, con las carpas Covid, son recordados por todos. Ha endeudado al estado al lograr con un congreso de traidores morenistas, un préstamo por 820 millones de pesos para realizar unas ciclovías en Cancún y Chetumal, cada una de las cuales costará más de 250 millones; un hidalgazo, por aquello del año de Hidalgo. Quiere endeudar al estado por los próximos 30 años con el puente Nichupté, con una Asociación Pública Privada, que no es otra cosa que un fraude, aunque el senador José Luis Pech ha dicho que el presidente de la república le enmendará la plana y no le permitirá hacer este negociazo, que lo dirá en su próxima visita a inicios de la siguiente semana. 

Los joaquines habían festejado que esos delitos habían prescito, pero poco les duró el gusto, porque les negaron el amparo para eventos posteriores a 2012. Así que muchos huelen a cárcel. Carlos Joaquín González, gobernador de Quintana Roo,  tendrá que enfrentar a la justicia. Conforme salgan al púbico más demandas, se conocerán todos los detalles del reparto de dinero en el proceso electoral de 2016. Por su parte Pedro Joaquín mantiene un bajo perfil, deja que su medio hermano negocie su impunidad con genuflexión y servilismo, y de ese modo obtener un espacio de tranquilidad. Ya Carlos hasta chamba le pidió al presidente Andrés Manuel.

Aunque las aguas parecen tranquilas, los dos se encuentran en el ojo del huracán de este escándalo provocado por los fraudes que hicieron con la empresa brasileña Odebrecht para darle multimillonarios contratos a cambio de recursos para las campañas de los dos partidos PRI y el PAN, el llamado PRIAN, quienes con sus diputados federales y senadores, hicieron posible la aprobación de la Reforma Energética que entregó el petróleo a las empresas transnacionales.

Por las irregularidades en la compraventa de Agro Nitrogenados hay otros 38 funcionarios y consejeros de Pemex, entre ellos Enrique Ochoa Reza, exsubsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía y Edgar Torres Garrido, ex asesor Ejecutivo del exdirector de Pemex.