Por Rafael Santiago

Este fin de semana iniciaron las campañas electorales. Y el agrio sabor de la hipocresía es el predominante. Mienten, roban, traicionan con una sonrisa en los labios.

Todo fue orquestado de antemano para que a través de la secretaría de gobernación, con Adán Augusto como títere de Obrador se organizara una farsa electoral que tuviera como candidata ganadora a Hermelinda Lezama, alias Mara.

El mismo Presidente de la República vino a apuntalar a la candidata de Morena, «casualmente» en una gira contra los ecologistas que protestan contra el desastre ambiental que provocará el tramo 5 del Tren Maya. Ya ni la burla perdonan.

Y Hermelinda Lezama da rienda suelta a la demagogia y todos los fraudes que cometió, que le valieron demandas ante la Seido, ante la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera y la Auditoría Superior de la Federación, los presume como grandes logros de su administración y promete seguirlos cometiendo pero a nivel estatal.

En el parque del Toro Valenzuela, este lunes, la cuestionada Yeidckol Polevnski  (realmente llamada  Citlali Ibañez Camacho) habló de cuando Lezama no aceptó candidaturas que dijo que por su familia, pero en realidad Roberto Borge le dio seis placas de taxi y una cantidad de dinero que se especula en millones de pesos.  De ahí nació la Sociedad Cooperativa Cumpal, que fundó su marido Omar Terrazas, junto con sus hijos y con la cual compraron diversos inmuebles por varios millones de pesos, mismos que por supuesto no puede justificar honestamente.

Mara fue más allá en el terreno de las falsedades. Repitió más o menos lo mismo que dijo en Chetumal en su arranque de campaña un día antes. «Nadie podrá parar la transformación de Quintana Roo». ¿Cual transformación? La mafia no podrá contra el pueblo, dijo, pero por supuesto no se refería  la mafia que tiene con Jorge Emilio González – el mal llamado Niño Verde-, Carlos Joaquín y Félix González Canto (las 3G) , a la que se ha sumado la 4T.   

Y supuestamente al criticar a los gobiernos corruptos, hace una radiografía de su propio gobierno en Cancún, al hablar que se ha privado al pueblo del bienestar, educación, salud, justicia, a la que hay que agregar violencia, crímenes contra mujeres indefensas, calles en el abandono y miseria. Pero como para burlarse remató: nunca más gobierno rico con pueblo pobre. Es como si recordara que es la nueva millonaria de Cancún, evidentemente después de que decidió meterse a la política y hacerse propietaria de decenas de inmuebles.

Y para reírse, rientes, dijo que los intereses sociales estarán sobre los particulares, que combatirá la corrupción (como cuando la Auditoría Superior de la Federación le observó que había desaparecido varios millones de pesos de ingresos al erario público. Pero por si fuera poco habló de un «gobierno austero», en el que se hizo de vehículos de lujo para sus hijos y para su esposo, Omar Terrazas, que dice, es el que le pone los pies en la tierra.

Con comprobantes de escrituras de viviendas y terrenos que la organización Opus Magnun difundió hace meses para condenar sus acciones ilegales, dijo que la «lucha es por ideales y no por patrimonio».

Incluso habló de la concesión de la basura en Cancún, la que convirtió la más cara de todo el país, para beneficiar a una empresa ligada al Partido Verde Ecologista, en concreto del Niño Verde, con la que pepena un millón de pesos diarios. La misma empresa ya da servicio en Puerto Morelos y pronto dará el servicio en todo Quintana Roo, un negocio redondo. 

Mientras la violencia y la miseria crecen en Cancún y en Quintana Roo, los mensajes de la candidata que el gobierno de la 4T ya decidió que va a ganar el 5 de junio, rayan en la burla a un pueblo que como puede sobrevive a la crisis y cuya conciencia y votos, los compran con algunos pesos en becas y pensiones.

En el mundo de mentiras que narran los políticos, sobre todo cuando se refieren a sus ausentes virtudes públicas, las elecciones continúan a sabiendas de que todos los partidos están amafiados y que el camino está planchado para que gane o gane la repudiada candidata morenistas, que según la encuestadora María de las Heras, tiene unos negativos del 62 por ciento.

Y con todas las mentiras, esta Semana Santa irán a misa a tomar la ostia sagrada.