Por Rafael Santiago
Que no le engañen presidente. Personalmente le pedí ayuda por el acoso como periodista. Entonces era director editorial de Quintana Roo Hoy. Pero su dueño, Miguel Cantón Zetina, que se encuentra entre los diez periodistas mejor pagados por usted a nivel nacional, me corrió sin darme la mínima liquidación y en un momento en que me sentía gravemente enfermo por los efecto secundarios, según los doctores, de la primera dosis de la vacuna Covid.
Y todavía es más lamentable, que lo hizo después de lograr un jugoso convenio con Mara Lezama, presidenta de Benito Juárez, del cual supuestamente me correspondía una comisión. Ahora los bots de la presidenta dicen que soy un apestado en los medios por ser un periodista crítico. Pero eso es un timbre de orgullo.
Atrincherado en las redes sociales resistiré hasta la inmolación, toda mi vida he denunciado la corrupción y saben que no les tengo miedo. Los años que estuve en Tabasco tuve la oportunidad de entrevistarlo varias veces. Y nunca le pedí nada a cambio. Eran los tiempos duros, en que los que ahora le aplauden, se ocultaban tras el poder por comodidad y dinero. Cuando Tabasco Hoy cerró su línea editorial me fue como jefe de información de Perspectivas, de Isidoro Pedrero Totosáus, y pude volver a apoyar a su incipiente pero firme movimiento.
Seguiremos en la batalla. Pero que no le engañen presidente. No se deje cercar por aduladores y difamadores, ayúdenos a defender la libertad de expresión. Bienvenido a Quintana Roo.