Por Rafael Santiago/columna EL REY TUERTO
Taxistas de Cancún se preparan para impedir que este miércoles 11 de enero, los jueces autoricen el servicio de Uber en Quintana Roo.
Como temen que el fallo sea a favor de esta nueva empresa de servicio de pasajeros, con lo que lograrían autorización, preparan una gran movilización como la que realizaron el mes de diciembre pasado afuera de los juzgados federales ubicados en la avenida Andrés Quintana Roo y en varios municipios de la entidad.
Lo que buscan es mostrar el músculo, ya que es el 11 de enero es el día en el que los magistrados vuelven a sesionar para definir y resolver un amparo, con lo que se decidirá el futuro de esta plataforma en la entidad ya que la moneda está en el aire y puede ser cara o cruz, que se autorice o que se les niegue el servicio. Los taxistas sospechan que sí se les dará el amparo por eso es que planean, sin asegurarlo públicamente, como la vez pasada, pero a se declararon listos para manifestarse.
En redes sociales dice claramente un mensaje firmado por Alvaro Esteban Rosado: “Unidos somos más fuertes y todos juntos en equipo, podemos tener mejores resultados de lucha y defensa de nuestros derechos, trabajo y patrimonio.” Hay que recordar que el 14 de diciembre desde la madrugada, centenares de taxistas realizaron una manifestación con pancartas, mientras plantaron sus vehículos en las calles aledañas, para impedir que los jueces aprobaran la entrada de Uber al plantarse fuera de los juzgados federales para que se respete la ley de movilidad. hacer acto de presencia de centenares de taxistas con todas sus unidades, con el fin de desquiciar la ciudad y evitar tener competencia.
Eleazar Segrero, secretario del Frente Único de Taxistas y también secretario general del Sindicato de Tulum, indicó que los taxistas no se oponen a la entrada de la plataforma Uber, solamente que paguen como lo indica la Ley de Movilidad de Quintana Roo, que indica que Uber no puede operar en la entidad debido a que no tiene concesión, y con sin ella, es imposible que preste servicio a pesar de que Uber cuenta con un amparo federal que le permite ofrecer su transporte.
Pero en la realidad, los taxistas seleccionan a sus clientes para hacer viajes más cercanos, se tardan lo que quieren en llevarte por ir a dejar a otros pasajeros que subieron en el camino, te cobran lo que quieren, siempre el precio alto como si fuera una limusina, y como está cara toda la renta en la ciudad, los más pobres tienen que vivir más lejos a 10 ó 15 kilómetros y son los que más pagan (aunque ellos merecen esperar menos y pagar lo justo).
Han amenazado a los camiones de la Gran Plaza, que es el nudo más importante de transporte a todas las colonias de Cancún, que dejen de prestar servicio desde las diez de la noche para que ellos puedan tener más clientes y hacer más dinero. Ante esto las autoridades reconocen el problema pero no hacen nada, ni a nivel municipal ni estatal . Lo que es lo mismo, impunidad total o miedo a enfrentar las bravuconadas de los taxistas.
Hace unas semanas se desató una serie de asesinatos de mototaxistas, que también eran un servicio económico que les hacía competencia, fueron varios los ejecutados hasta que se plegaron a diversas peticiones de no ampliar rutas, bajar el número de unidades y reducir sus horarios de servicio. Hasta ahora se “investigan” las muertes de estos humildes trabajadores de motocicletas.
Y también han enfrentado a Uber con todo, han atacado unidades, bajado a turistas, golpeado a choferes, e incluso han provocado la muerte de varios de ellos. No tienen ni compromiso ni vocación de servicio público, en la temporada fuerte de covid, trataban con altanería a todos como si les hicieran un favor, sin que ellos tomaran las mínimas precauciones. Para ganarse al público, deberían hacerse valientes y deberían pedir perdón por todo el mal servicio y las agresiones, por el tiempo perdido, por las mojadas en media calle esperando el taxi, por la angustia, pida perdón por el caos que han provocado.
Hasta ahora, con sus tácticas de presión, han logrado detener tan importante decisión.
En la percepción popular, basados sobre todo en la información diaria de nota roja, los taxistas se han coludido con mafiosos, siempre tienen reportes de robos, participación en asaltos y saqueos a casas, detenidos con drogas o con armas, y por si ello fuera poco, quieren hacer un servicio colectivo al subir hasta a tres pasajeros con destinos distintos por la misma ruta para cobrar la misma tarifa, siempre alteran costos y cobran lo que quieren, sus unidades están destartaladas, generalmente sucias. Por ello es que Uber tiene el respaldo de gran parte de la ciudadanía, simplemente porque quieren un mejor servicio.
Desde la perspectiva de la defensa laboral, parece justificada su lucha. Pero al anotar las concesiones de los 12 mil taxis que hay que hay en Cancún, es notoria la presencia de políticos que tienen la mayoría de ellas. Están desde los gobernadores, integrantes de gabinete, diputados, políticos reconocidos y dirigentes de colonias. Ellos son los que mueven el pandero y por ello hay un manto total de impunidad.
La misma gobernadora Hermelinda Lezama, alias Mara, es dueña de por lo menos cuatro taxis en que le entregó el ex gobernador, Roberto Borge, actualmente preso, fue un regalo tan generoso y especial que aparte de ella y su esposo, puso a sus hijos menores de edad como propietarios placas de taxi en Playa del Carmen, tal como lo denunció con documentos en mano Isacc Janix.
Pero el actual gobierno estatal quiere dinero y si Uber paga un impuesto más alto, pues ahí tiene los permisos estatales, pero el hándicap que tiene que superar Uber es ganar su amparo en los juzgados federales.