Hoy nuevamente se detuvieron las máquinas ante la presencia pues defensores de territorio, de la selva y su hábitat. Los ecologistas siguen su desigual lucha contra el poder supuestamente de izquierda.
La clausura por parte de la sociedad, del tramo 5 del tren maya, va en el sentido de proteger y resguardar la selva.
Advierten que se continuarán con su lucha ecologista hasta las últimas consecuencias. Mientras las focas aplaudidoras de Andlrés Manuel López Obrador, aplauden la construcción ecocida de ese tramo que destruye selvas, plantas y animales.
Con su terquedad característica, El Peje, como se conoce al presidente, dice que de los árboles que tumba sembrará flamboyanes y otros tipos de árboles tropicales que se dan en Tabasco, quizá para tabasqueñizar la península yucateca. Esperemos que con ese enfoque, no se le ocurra meter pochitoques, esas pequeñas tortugas del pantano de su tierra, en todos los estanques y cenotes.
Los políticos morenistas guardan silencio cómplice ante el ecocidio. Nadie se quiere oponer a AMLO, prefieren ser serviles y ganar puestos, antes que pelearse con el cacique tabasqueño. Incluso los llamados Verdes Ecologistas, están calladitos porque a ellos lo que les interesa es ganar dinero con bienes inmobiliarios, y el que guarden cómplice silencio les permite cobrar otra factura al gobierno de la República, para que les permita seguir son sus fechorías que han sido denunciadas y comprobadas infinidad de veces.
Cualquier ecologista es acusado de traidor, conservador, calderonista, opositores al desarrollo, revisionista, y acusado de todo en las redes sociales por los bots y los chayoteros de la 4T que los acusan de todo lo que usted se pueda imaginar.
Pero la cuestión ecológica es por la vida y con todas las adversidades seguirán defendiendo la selva.