CIUDAD DE MÉXICO.- El sismólogo mexicano, Víctor Manuel Cruz Atienza, doctor en Sismología por la Universidad de Niza Sophia Antipolis, investiga la relación entre los sismos del 7 y 19 de septiembre del 2017 en Oaxaca y la Ciudad de México, y el del 16 de febrero del 2018, reportó la agencia de noticias EFE.
Hasta el momento, con la información con la que se cuenta, el vínculo sería resultado de los sismos conocidos como lentos, con los terremotos devastadores.
La investigación que se desarrolla, en conjunto con el equipo del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El trabajo busca esclarecer si los tres sismos tienen “relación y si hay relación causal que pudiera existir o no en el fenómeno de los sismos lentos en México”, señalan.
“Los sismos lentos son deslizamientos lentos en el contacto de placas que se dan a una profundidad mayor que donde ocurren los sismos típicos interplaca, y estos pueden durar meses”, comentó Víctor Manuel Cruz Atienza a EFE.
Con mucha precisión, se hace la medición de los deslizamientos.
La búsqueda de la relación entre los sismos lentos y los terremotos devastadores, se remonta a más de 20 años. Se han estudiado los movimientos que ocurren en Japón, Alaska, Nueva Zelanda y Chile, además de la falla de San Andrés, que se ubica entre Estados Unidos y Japón.
Según el especialista, antes del 8 de septiembre del 2017, ocurrían dos sismos lentos simultáneos en Guerrero y en Oaxaca.
La información que se obtuvo, concluye que parece que hay una interacción física, relación de causa, entre el sismo del 7 de septiembre del 2017 (8.2 de magnitud), y lo que ocurrió después.
Con datos de Guerrero de los últimos 30 años, los sismos lentos ocurrieron de manera periódica cada cuatro años. Después del sismo lento de 2017, pasaron dos sismos lentos en menos de año y medio. Lo que calificó Cruz Atienza, como algo anómalo.
La relación entre los sismos lentos y los terremotos, en un lapso tan breve en el país, “es algo que se ha visto poco en el mundo”, señaló.
El sismólogo mexicano, Víctor Manuel Cruz Atienza, dice que durante años, varios países, se ha estudiado la posibilidad de que un sismo lento provoque un terremoto. El artículo que está por publicar en la revista Nature Communications, encontró que hay evidencia que sugiere “que ocurre todo el intercambio de efectos llamados bidireccionales”.