Por Rafael Santiago

El polémico funcionario, Raúl Bermúdez Arreola, encargado de despacho del  Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en el Centro Integralmente Planeado de Cancún, Quintana Roo y encargado del Tramo 5 del Tren Maya , fue obligado a renunciar el 30 de noviembre por verse envuelto en escándalos de corrupción y prepotencia.

Las gotas de estos actos ilícitos que derramaron la copa fueron, primero,  la renta para beneficio personal de la casa presidencial de Cancún, que hasta el mismo presidente se niega a usar; y segundo, la filtración de grabaciones donde muestra su actitud soberbia, ufanándose de ser funcionario de la 4T, donde exigía tener un espacio en gimnasio del desarrollo exclusivo de Isla Dorada, en Zona Hotelera donde vive cómodamente a costa del erario público este funcionario lopezobradorista, ejerciendo a la inversa, la tan cacareada austeridad republicana.

En realidad son pecados menores si se toma en cuenta que Fonatur tiene que autorizar los desarrollos inmobiliarios y hoteles que se construyan en la Zona Hotelera, además de tener el poder de ceder terrenos de alta plusvalía a personas y gobierno. Hay que recordar que por ejemplo, en un video, Jorge Emilio González, el llamado «Niño Verde», pedía hace una década, solamente por conceder un permiso del ayuntamiento para la construcción de un hotel, la friolera de dos millones de dólares. Así que cualquier interesado que saque sus cuentas de lo que pudo hacer Bermúdez con el gobierno municipal de Mara Lezama (por ejemplo la donación de terrenos de alta plusvalía al Club Casablanca).

El hilo se reventó por lo más delgado. Y está fuera. El anuncio lo dio su jefe, el director general de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, quien aseguró que se hizo a un lado al encargado “para no entorpecer las investigaciones” y sobre el mal uso para beneficio personal, de la Casa Presidencial. El caso ya lo investiga el Órgano Interno de Control (OIC) de la entidad. Habrá que ver cuánto influye la protección política, ya que Bermúdez es familiar de Hernán Bermúdez Requena, un funcionario estrella que sigue en su cargo, después de que el ahora ex gobernador de Tabasco Adán Augusto López Hernández, se fuera como secretario de gobernación.   

Vale mencionar que Bermúdez  se había opuesto, junto con el delegado, Arturo Abreu, contra el proyecto turístico Gran Island en la Zona Hotelera de Cancún, a sabiendas de que fue el mismo Andrés Manuel López Obrador quien los promovió y anunció en su diaria rueda de prensa, conocida como La Mañanera.

La «guillotina» parecía anunciada desde días antes. Baste recordar que en su visita por Cancún, hace unos días, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, recibió la denuncia de un reportero en La Mañanera, donde acusaban al encargado de Fonatur de diversos ilícitos. El presidente se molestó tanto, que suspendió un almuerzo que tenía programado con ellos. Ahí se quedaron esperando los típicos alimentos «chocoslovacos : tamalitos de chipilín, el pozol y dulce de «oreja de mico» que le habían preparado al tabasqueño.

Pese a todo, Jiménez Pons enredó un poco más las cosas al defender a Bermúdez. Dijo que la Casa Presidencial se alquilaba de manera legal por Fonatur, y que la última vez en enero de 2021, al precio de 10 mil 176 pesos por noche. Pero comentó que después de eso alguien más la siguió haciendo negocios. Justificó al mencionar que si bien es cierto que seguía anunciándose y rentándose, también destacó que la cuenta de Airbnb «estaba media chueca», pero indicó que se tiene que aclarar todo. No explicó eso de «chueca», a lo mejor ningún depósito llegó a Fonatur.

La Casa Presidencial de Fonatur (Villas Chakté), ubicada en la exclusiva zona de playas de Cancún, que fue construida por Felipe Calderón, se ofrecía a través de plataformas digitales como Airbnb y Booking al mejor postor. Ya tenía reservaciones llenas por la alta temporada de Navidad y Año Nuevo. El dinero recaudado, iba a parar a sus cuentas personales. Esto fue el último eslabón de la cadena de imputaciones que desde el inicio de la administración federal se le venía haciendo a Bermúdez Arreola.

Sobre el asunto de la amenaza al administrador de Isla Dorada, Jiménez Pons dijo explicó que “Sí, ya se está disculpando con los del gimnasio y demás vecinos por su  “inexcusable comportamiento”. Es un problema ‘doméstico’, donde sin duda se equivocó y actuó ¡prepotentemente!”. Efectivamente, Bermúdez hizo circular una carta en la que ofreció una disculpa.

Pero en la llamada telefónica que la grabó el administrador, se escuchaba amenazante: “y también así me voy a poner de cabrón, o sea, de cabrón a cabrón, si es así yo también tengo cómo hacerle”. Al final ni consiguió el gimnasio y hasta perdió su empleo.

En lugar de Bermúdez se nombraron a dos nuevos responsables. El nuevo encargado de despacho, es Mariano Gracia de la Peña, quien se desempeñaba como Enlace Jurídico en la oficina de Cancún. Y Levy Olguín queda como encargado del Tramo 5 del Tren Maya.

El comunicado de esta destitución, fue escueto. Dos párrafos plagados de horrores ortográficos. Se notaba que Rony Pech Maldonado, encargado de esta información, estaba nervioso al redactar al boletín de la destitución.