Por Rafael Quintanar

Conocimos lo que ya esperábamos fuera un hecho consumado la pérdida del registro del partido MÁS (Más apoyo social) y PRD (Partido de la revolución democrática) en Quintana Roo.

Esta decisión se confirmó en la siguiente instancia del tribunal federal de circuito con sede en Jalapa , Veracruz.

Lo sorprendente es que un empresario tan exitoso José Antonio Monroy sea asesorado de tal manera, al llevarlo a una instancia más fuera del estado, donde no existe la mínima posibilidad de lograr revertir la pérdida del registro.

Cuánto le habrá costado este recurso y quien lo habrá timado de tal manera ?
Aquí cae como anillo al dedo ese refrán muy coloquial de Zapatero a tu zapato.

Pero como todo negocio, a veces se dificulta su consolidación, en otras se gana y se recupera.

En esta ocasión se ha ganado una mayor experiencia, la relación con el gobierno en turno y un número importante de liderazgos que creyeron en ese partido como una opción de participación.

Pero la ciudadanía sigue perdiendo la confianza en los partidos emergentes, toda vez que han servido únicamente para llenarle el bolsillo en una elección a muchos personajes tal es el caso de Fuerza por México, PES y Redes Sociales Progresistas.

Quienes en una elección le costaron cerca de 1000 millones de pesos al país.

Lo que debe convocarnos como ciudadanos a la reflexión profunda de nuestro actuar en el sistema de partidos, procesos electorales y el ejercicio de gobierno.

Urge crear partidos locales con ideología, formación política, estructura para tener una constante organización y movilización.

Con la intención de coadyuvar con el gobernante en turno manteniendo un ambiente de respeto, de coordinación para la solución de los problemas colectivos, la transparencia en el manejo de los recursos ya sea en programas, proyectos u obras públicas para que no suceda como ahora con el actual secretario de SEOP.

La dialéctica es científica y ha servido en la transformación de la humanidad por lo cual nos muestra la importancia de los contrapesos y lo peligroso de una hegemonía sin ideología.