La expresidenta de Bolivia Jeanine Añez fue condenada el viernes a 10 años de prisión tras ser declarada culpable de fomentar un golpe de Estado contra el gobierno socialista liderado por Evo Morales a finales de 2019.
Añez, de 54 años, fue juzgada por un tribunal ordinario sin ningún tipo de inmunidad.
Por protocolo ante la pandemia del covid, no se le permitió estar en la corte y siguió la audiencia de forma virtual desde la cárcel en la que fue recluida, con detención preventiva, hace más de un año.
El golpe de Estado contra Evo Morales
En octubre de 2019, Morales se postuló a un cuarto mandato pese a perder un referéndum para habilitarlo a una nueva reelección. En medio de una fuerte convulsión social y acusaciones de fraude en las urnas, finalmente perdió el respaldo de mandos militares y policiales y salió del país.
Quienes debían sucederlo, todos del MAS de Morales, renunciaron uno tras otro: el vicepresidente, la titular de la cámara alta y el presidente de la cámara de diputados.
En medio de un vacío de poder finalmente asumió Áñez, una abogada y expresentadora de televisión, la siguiente en la línea de sucesión en el Senado.
Los denunciantes argumentan que la entonces segunda vicepresidenta del Senado tomó el poder en una sesión sin el quórum legal y sin tratar las renuncias de Morales y sus acólitos.
Pero el Parlamento, que estaba controlado por el MAS, reconoció la legalidad de su gestión, cuyo principal cometido era organizar nuevas elecciones. Estas se celebraron en octubre de 2020 tras dos aplazamientos debido a la pandemia, y tuvieron como ganador a Luis Arce, delfín de Morales.
Además, el Tribunal Constitucional avaló el procedimiento citando una sentencia constitucional de 2001. Áñez entregó el poder en noviembre de 2020 a Arce, ganador de los comicios.