Por Rafael Santiago

Y que aparecen en video, recibiendo millones de pesos en efectivo, funcionarios de Layda Sansores, gobernadora de Campeche, lo que sería la versión 3.0 de lo que fue el Señor de las Ligas. Remasterizada por supuesto.  La opción que les queda a los corruptos morenistas, es intentar desbejaranizarse, y el que se desbejaranice, buen desbejaranizador será.

Son muchos fajos de billetes de 500 pesos que fueron entregados hace dos años, en Palacio de Gobierno, a  Armando Toledo Jamit, actual jefe de la oficina de la gobernadora Layda Sansores;  también aparecen la actual senadora de Morena, Rocío Abreu; y el actual secretario de Educación, Raúl Pozos Lanz.

En el Martes de Jaguar, la gobernadora acompañada de Toledo Jamit, solamente se encargó de intentar desmentir culpando, a que no adivinan, pues sí, efectivamente el culpable, dice Layda, es Alito Moreno, el exgobernador priista. Y además, complementó Jamit, «era una práctica necesaria recibir dinero en efectivo, porque en las áreas rurales no había bancos».

Por su parte, Raúl Pozos Lanz, actual secretario de Educación Pública en Campeche en el gobierno morenista, dijo, por medio de redes sociales, que dichos videos corresponden al periodo en que fue senador por el PRI y que el recurso que recibió fue para diversas gestiones, sin entrar en más detalles. Se sabe que renunció al PRI, del que fue también dirigente estatal, para irse con Morena porque Alito no lo eligió a él como su sucesor. Entonces se convirtió en el operador político de Layda.

El dinero presuntamente se entregó en mayo del 2021 durante las semanas previas a las elecciones estatales en las que Layda Sansores ganó la gubernatura de Campeche, aunque todos dicen que fueron para apoyar al pueblo.

Todo se realizó en el periodo del gobernador sustituto Carlos Miguel Ayza González, quien quedó en el cargo por ser priista y supuestamente leal gente de confianza de Alito Moreno, aunque actuó como agente de Morena, y como pago a sus servicios electorales a favor de Layda Sansores, el Peje lo nombró embajador de México en República Dominicana. Caso similar al de Carlos Joaquín González, en Quintana Roo, que al servir a la campaña de Hermelinda Lezama fue premiado con  una embajada en Canadá.

Layda ha criticado a Alito Moreno y filtrado información que le proporciona el nuevo centro de espionaje de Andrés Manuel López Obrador, que sustituyó al CISEN por lo que él llama un centro de inteligencia. La situación es tal que no se sabe si el mismo Alito participó en este acuerdo a favor de Morena.

Lo cierto es que Layda tuvo muchas complicidades del gobierno de Alito, por ejemplo, incluso de algunos familiares como la secretaria de finanzas de Alito, porque se trata de su sobrina América Azar Pérez, pareja de Gerardo Sánchez Sansores, todo ello a pesar de que es notorio el enriquecimiento ilícito de esta funcionaria, que es dueña de diversas propiedades, departamentos, casas en el extranjero y bienes inmobiliarios en otras entidades federativas.

Y hace unas semanas se dio otro escándalo donde trascendió precisamente que desde la Secretaría de Finanzas se apoyó la candidatura de Layda. Se dieron a conocer unas conversaciones en whatsap  en la que América Azar, le dejaba en claro que se habían ganado la confianza de Alito para poder beneficiar económicamente las candidaturas de Morena.

Pero los chats no fueron tan demoledores como los videos, que por su contundencia, en principio dejaron mudos a los morenistas. El mismo presidente de la república dijo que son politiquerías, que lo quieren salpicar con porquerías arrojadas al ventilador. Layda ha sido señalada por diversos actos de corrupción, están por ejemplo sus incontables viajes que realiza con los aviones del gobierno, sobre todo para ir a apoyar los ilegales actos de campaña de la corcholata preferida del Peje, Claudia Sheinbaum.

Por eso es que México se encuentra en el lugar 126 de 180 naciones en el índice de percepción de corrupción,  con lo que se ubica entre los países más corruptos del mundo, según las encuestas realizadas por Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

La honestidad valiente y el franciscanismo del presidente AMLO se hunden en el  fango, aunque a río revuelto, ganancia de pejelagartos.