Por Rafael Santiago
En una semana, el senador José Luis Pech cambió su discurso negociador, por uno de confrontación contra la candidata de Morena-Verde. De repente abandona su militancia morenista y se enfrenta a la mafia que llama «indecente», «soberbio» y falta de «humildad». Inmediatamente se le menciona como probable candidato de Movimiento Ciudadan.
Para el exdirigente de MC, José Luis Toledo Medina, conocido como «Chanito», este es un movimiento que evidencia los arreglos cupulares para dejar a Hermelinda Lezama el camino libre hacia la gubernatura.
La dinámica que siguieron los acontecimientos fue la siguiente: se inició una campaña mediática a nivel nacional contra Roberto Palazuelos, que según los expertos no tenía parangón ni con una campaña contra aspirantes a la presidencia de la república. Fue salvaje y brutal, desde todos los frentes de los periodistas y blogueros pagados por Andrés Manuel López Obrador, por los panistas y priistas.
Entonces lo creían en la lona, pero Palazuelos demostró que no era un hombre mosca que puedes matar a periodicazos. Vino la encuesta del diario nacional El Heraldo y mostró que toda esa agresión sirvió para posicionarlo a seis puntos de Hermelinda Lezama, la candidata de Andrés Manuel, el exgobernador Félix González Canto, el mandatario Carlos Joaquín González y el eterno dirigente del Partido Verde, Jorge Emilio González. Una alianza extraña si se toma en cuenta que unos se dicen puros y que no mienten ni traicionan, y los otros envueltos en todo tipo de escándalos de corrupción, despojos y hasta crímenes espantosos.
Pero Hermelinda Lezama ya ha pasado la prueba de fuego y demostró que ella también es acusada ante Seido y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) por su enriquecimiento inexplicable, sus taxis, coches de lujo, departamentos y terrenos, que puede ser parte de todo ese grupo que se ha dedicado a saquear Quintana Roo. Su derecho a estar en este selecto grupo se lo ha ganado a pulso.
Y por sus altos negativos estaba al borde del precipicio en la carrera electoral por la gubernatura, los seis puntos no son nada si se toma en cuenta que ella tiene varias elecciones y que Palazuelos todavía no iniciaba lo que sería su campaña. Entonces aparece la renuncia de José Luis Pech y se pospone la definición del candidato a la gubernatura por parte de Movimiento Ciudadano para darle la oportunidad a Pech, que estaría impedido porque ya participó la contienda interna de Morena, a que sea el candidato en lugar del empresario, licenciado y actor.
Se espera que este viernes o el sábado salga en definitiva quién será el candidato. Pech no es el perfil de candidato de Movimiento Ciudadano, que según su líder nacional, Dante Delgado, apuesta por los más jóvenes. Pero en política las cosas son distintas y los cañonazos están a la orden del día, sobre todo si se conocen los antecedentes de toda mafia del poder, desde el federal hasta los caciques locales, que no se detiene para imponer candidatos que sean serviles y genuflexos para defender los gigantes intereses económicos.
Pech ya participó como candidato y le fue mal, aún bajo la sombra de Obrador como candidato a la presidencia. No es carismático y su candidatura sería de medio pelo, lo que serían de enorme beneficio para Hermelinda Lezama. Así podría ganar y tener legitimidad.
Las y los otros aspirantes solamente son comparsa manejada por la misma mafia del poder. Por el PRI va la hija del exgobernador Joaquín Hendrícks, su intención solamente es dispersar el voto. Por PAN-PRD está Laura Fernández Piña, quien era la encargada de videos del pederasta Succar Kuri al grado de vivir en una de las casas de este personaje en la calle Pecari 34, hay que agregar además que sus videos, computadoras y cámaras fueron desaparecidas por el gobernador Félix González Canto, quien desde entonces la protege. Nivardo Mena va por el MAS, un partido local que no tiene ni remotas posibilidades.
Así que al controlar la candidatura de Movimiento Ciudadano, imponiendo a José Luis Pech, la mesa está servida para que el presidente no tenga otra sonora derrota, sin importarle ir aliado a lo más oscuro de Quintana Roo.