- El día 23 de marzo cuando entregue absolutamente todo el control al almirante secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán.
Por Rafael Santiago
En su columna La Cuarta Transformación, Darío Celis, en el diario El Financiero, da como un hecho de que Rafael Marín Mollinedo, será dado de baja como encargado de la construcción del Corredor Interoceánico del Itsmo, otra de las obras emblemáticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Y es que el accidente en el cual quedaron destruidas la vías al pasar el primer tren por durmientes en mal estado o mal colocados. Esta vergüenza nacional provocó el enojo del Presidente de la República y cortará la cabeza a quien presumía ser su mejor amigo.
Hay que recordar que Mollinedo fue el fundador de Morena en Quintana Roo y quien abrió las puertas de la organización a todos los actuales militantes, incluida Hermelinda Lezama, actual candidata a la gubernatura por el partido color vino tinto. Incluso se llegó a hablar acerca de su posible arribo como candidato a la gubernatura, pero no pudo entrar a la contienda interna porque AMLO le dijo que se quedara en el encargo del tren realizará el paso de mercancías desde Oaxaca a Coatzacoalcos, Veracruz.
Se quedó, pero ahora resultará expulsado del primer círculo del presidente y regresará a Quintana Roo, sin candidatura, sin cargo y sin la cacareada amistad con el mandatario federal. Los políticos locales se han repartido puestos, todos los cargos importantes, y se ignora si la llegada intempestiva de Rafael Marín provocará cambios o si esperará el teapaneco una mejor oportunidad.
La columna de El Financiero, intitulada «Otro golpe de la milicia a civiles», en la que se refiere a este tema, es la siguiente:
El inquilino de Palacio Nacional dio manga ancha al almirante secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, para que decidan qué empresas privadas siguen y cuáles se van.
Será el próximo 23 de marzo cuando Rafael Marín Mollinedo y todo su equipo lo transmitan a la Secretaría de Marina. El tabasqueño dispuso que sean los marinos quienes administren su construcción.
De entrada, a la dependencia que comanda José Rafael Ojeda Durán se le encomendó realizar un arqueo o suerte de auditoría de los avances que cada contratista registra en todo este tiempo de construcción.
El inquilino de Palacio Nacional dio manga ancha al almirante secretario para que decidan qué empresas privadas siguen y cuáles se van. No se van a tocar el corazón, si es necesario rescindir contratos.
Y es que hay enojo por el gazapo que significó el descarrilamiento, el mes pasado, del Ferrocarril del Itsmo de Tehuantepec (FIT), el cual evidenció la falta de rigor del equipo de Marín en cuanto a la supervisión de la obra.
Las imágenes que se viralizaron en las redes sociales fueron cerca de la localidad de Palomares, Oaxaca, que está como a la mitad del tramo Ubero-Mogoñé, que se le asignó a un consorcio español y mexicano.
Se trató de Grupo Caltia, que dirige aquí Manolo Tobar, y La Peninsular, propiedad de Carlos Hank Rhon. Uno de los rieles pasó sobre los durmientes y los quebró. Marín aseguró que fue un accidente.
Esta otra obra insignia de la 4T se construye sin detener la operación del tren. Cada mes y medio se permite que éste circule por la vía para mover carga, lo que obliga a armar y desarmar la infraestructura.
Pero en esta última ocasión las contratistas no colocaron el balastro necesario y cuando el tren pasó encima de los durmientes los destruyó. Durmientes y rieles terminaron doblados a lo largo de dos kilómetros.
En La Peninsular están muy molestos y no descartan demandar a la empresa Proyeco, que dirige Tomás Toranzo, por haber hecho mal el proyecto ejecutivo de las vías del FIT. Solo así salvarían su propio contrato.
Lo del descarrilamiento es una raya más al tigre en este megaproyecto. La construcción de los rompeolas que se le encomendó a INDI, de Manuel Muñozcano, va muy atrasada.
López Obrador ha ido quitando atribuciones poco a poco a Marín, como las Administradoras Portuarias Integrales de Coatzacoalcos y Salina Cruz, que por decreto pasaron esta semana al control de la misma Marina.
La vía del FIT se extiende por 203 kilómetros desde Medias Aguas, en Veracruz, hasta Salina Cruz, en Oaxaca. Su rehabilitación se dividió en cinco tramos. La Marina va a decidir ahora qué contratistas se quedan.
FOTO Y TEXTOS DE LA COLUMNA PUBLICADOS EN EL FINANCIERO.