Por Rafael Santiago
Marta Nikita Spat Avilés, quien purgaba su condena en la cárcel de Chetumal por el asesinato del pederasta Juan José «Pepín» González Sabido, quedó libre hace unos días.
El pervertido sujeto que presumía impunemente de sus amoríos con menores de edad, siempre fue protegido por la justicia, nunca denunciaron sus fechorías, ni se le puso cámaras y micrófonos para involucrarlo como sucedió con el otro monstruo conocido Jean Succar Kuri.
La razón es simple «Pepín» era quien surtía menores de edad a todos los funcionarios de su tío, el entonces gobernador Félix González Canto. Y tampoco se hizo mucho escándalo en la liberación de su asesina, la mencionada Nikita, porque también es tío del actual gobernador Carlos Joaquín González. Blindado el caso por todos los costados.
El asesinato, ocurrido el 2 de septiembre de 2007, sacudió a la conservadora sociedad chetumaleña, pero Félix González ordenó que no se publicara que el pederasta era su queridísimo tío, que acostumbraba a realizar actos sexuales con niños y mujeres menores de edad.
De los 21 años de condena, Nikita ha purgado 14 años de cárcel, el 70 por ciento, por lo que procedió su libertad condicional, solamente que llevará un brazalete electrónico y tendrá que ir a firmar todos los martes en el Cereso.
El crimen se cometió después de que «Pepín» llegara de viaje y se enterara que su amante, la hija de Nikita, andaba con un galán. Los citó en conocido bar y ahí humilló al joven y lo amenazó. Después, producto de su narcisismo e inseguridad, preguntó a la joven que a quién prefería. Ella corrió y dijo que a ninguno. La situación se tensó y la borrachera siguió. Nikita sabía que tenía que actuar pronto.
Al ir a casa del fallecido, dos mujeres lo llevaron a su cama y lo intentaron asfixiar con almohadas y Nikita tomó un cuchillo cebollero y le propinó sendas puñaladas hasta cansarse. Quería asegurarse de que el pederasta estaba bien muerto. Al otro día la señora de la limpieza encontró en cuerpo y por tratarse del tío del gobernador Félix González Canto, pronto se detuvo a la cubana y a su hija, pero ella pronto quedó libre por adjudicarse el delito su madre.
Al igual que ahora, se conocieron detalles del crimen, pero se cuidó que no se mencionara el parentesco con Félix González Canto, entonces gobernador de Quintana Roo y supuestamente perseguidor de pederastas como Succar Kuri. Al otro sobrino, Carlos Joaquín González, le toca la liberación de la asesina, y nuevamente se repite la misma estrategia ordenada desde palacio: que no se le relacione con el gobernador. Y todos obedecieron.
Nikita está en libertad y el caso se olvida para que no se investiguen a fondo las redes de pederastia y trata de blancas que pululan en la entidad al amparo de las autoridades.