- Diego Castañón, ex tesorero y actual presidente municipal, ha formado parte de las autoridades que han sido permisivas al tolerar que las fiestas de música electrónica sean utilizadas por la delincuencia organizada para la distribución de sustancias ilícitas y la prostitución de menores
- Los nexos de los tratantes de blancas internacionales que tienen como base Tulum, se conoció apenas hace unos meses al ser detenida en España la supermodelo venezolana, ex Miss Earth, Yorbriele Ninoska Vázquez Álvarez, acusada de ser parte de una banda de tratante de blancas
- Constantes desapariciones de menores de edad de origen maya, como el caso de las hermanas Camila y Atenea, de apellidos Chi Ek, con edad de 12 y 14 años respectivamente, de las cuáles no se sabe nada aunque se sabe que la mayoría es obligada a prostituirse
Por Juan Darién
El presidente de Diego Castañón sigue con las viejas políticas que hunden al destino turístico en el sucio negocio realizado con todo tipo fiestas públicas y privadas que involucran la venta de drogas, la prostitución de menores nativas en la entidad o provenientes de Sudamérica y Europa, y que hunden a Tulum en la violencia y la trata de blancas.
Y cada vez que se acercan temporadas vacacionales altas, como en este caso la Semana Santa, se acrecientan las desapariciones de jovencitas. Apenas el miércoles 29 de marzo, se esfumaron en las calles del municipio las hermanitas Camila y Atenea, de apellidos Chi Ek, con edad de 12 y 14 años respectivamente, que vendían artesanías en las calles. El año pasado fueron 130 personas desaparecidas y un 70 por ciento lo compartieron Tulum y Playa del Carmen.
En un principio había atraído por los mochileros que encontraban la combinación ideal de mágicos rituales mayas, ruinas arqueológicas, combinados con cenotes, la selva de las grandes reservas ecológicas y la caricia de la brisa del mar azul turquí. Había un concepto «hippie», de los que buscaban la tranquilidad, relajación y convivencia con la naturaleza, donde todos los días y noches hay fiesta en los bares, antros y centros nocturnos.
Pero ese éxito se convirtió en una maldición que marca el principio del fin de este codiciado destino a nivel internacional. Su fama atrajo a un turismo de alto poder adquisitivo que alteró al pequeño poblado de 46 mil habitantes que no tiene la mínima planificación urbana y su drenaje contamina los ríos subterráneos. Los precios de los hoteles subieron estratosféricamente, se empezó a saturar el paisaje con edificaciones que pretenden desplazar las cabañas y lo peor, se transformó en campo de batalla de diversas organizaciones criminales –ya van 28 ejecuciones en este año–, que encontraban en este florecimiento turístico, un filón de oro para realizar sus negocios turbios.
El gobierno municipal lo sabe y lo tolera por las enormes ganancias que obtiene, de las que por cierto, Diego Castañón, como ex tesorero, las conoce perfectamente. Y a pesar de las obvias evidencias, las autoridades se han coludido con la el fiscal Oscar Montes de Oca, y la Fiscalía General de Justicia (FGJ) nunca procede contra nadie. Incluso los casos de trata de blancas se han ventilado a nivel internacional, con la detención en otros países, de personas y organizaciones criminales que se dedican a enganchar a jóvenes mujeres y niñas, a las que eufemísticamente llaman modelos, damas de compañía o edecanes, para venderlas al mejor postor en Tulum.
Se conocieron los nexos de la mafia internacional con las autoridades, políticos y empresarios municipales, que apoyaron al fallecido presidente Marciano Dzul y ahora a Diego Castañón, se conoció a detalle a finales del año pasado, con la detención de la supermodelo venezolana, ex Miss Earth, Yorbriele Ninoska Vázquez Álvarez, en Madrid, España, acusada de ser tratante de blancas con su sede mundial en Tulum, Quintana Roo.
La Fiscal de la ciudad de México, Ernestina Godoy, solicitó su extradición al ser acusada de formar parte de una banda criminal dedicada la trata de personases, a través de la su participación en festivales de música electrónica en lujosos hoteles de Tulum, con un centro de operaciones en Casa Tortuga, dónde fungió de enlace para proveer de modelos y damas de compañía a varios jefes de bandas criminales que ahí se reunieron los días que duró el festival, entre el 27 de diciembre y el 11 de enero de 2020.
Las pesquisas venían desde entonces y las autoridades venezolanas capturaron el 28 de abril de 2021 a Maiquetia Jenny Lorena Rosales, directora de la agencia de modelos Sambil Model, acusada de servir de fachada para explotar sexualmente (lo que se conoce como trata de blancas) a jóvenes mujeres, que también eran llevadas a Tulum, para satisfacer los excesos de los asistentes a las fiestas electrónicas.
Ellas colaboraban en toda una red sexual internacional, cuya matrona era Tarek William Saab, quien se encargaba de proveer de mujeres a la banda criminal llamada “El Negro Fabio”, en el Callao, al sur de Venezuela, desde donde eran transportadas al noveno municipio quintanarroense.
No era la primera vez que Maiquetia Jenny se había visto involucrada. En 2020 fue reportada a la Interpol cuando estuvo en Tulum en el festival de música electrónica “Esto es Tulum”, realizado desde el 27 de diciembre de 2019 hasta el 9 de enero de 2020, en las que brindó servicio a turistas, empresarios y otras personalidades. En esa llevó sus modelos patrocinada por el centro comercial venezolano Sambil, también llevó a consumadas modelos pertenecientes al concurso Miss Venezuela como Osmariel Villalobos y Megan Bacci, junto con una serie de estilistas y personalidades que servían de enlace. Los millonarios clientes pedían famosas de pasarela o menores de edad a la que llamaban “carne fresca”.
Tulum se ha convertido en eje de este tipo de actividades ilícitas por sus grandes espacios selváticos, su desorden urbano y zonas irregulares, que sumados a que tienen una alta afluencia turística, un intenso flujo migratorio nacional e internacional, una gran población flotante y una cada vez más creciente concentración poblacional. Esto le permite, la facilidad para reunir a centenares de asistentes a los eventos en la playa, en la selva, en lotes baldíos o ranchos. El dinero que corre es de tan abundante, que aparte de las fiestas tiene otras en lugares muy exclusivos, que son para “peces gordos”. Los antros y bares se quedan pequeños para dar cabida a eventos masivos que antes eran puras fiestas rave, que ahora son de música electrónica, en jungle party, sunday at caves, shake body, afrobeats, meditacion dance o festivales como Art With Me o el Zamna Festival, por citar algunos. Se presentan por ello, los mejores disyoqueis de todo el mundo entre los que han estado, por ejemplo, los alemanes Boris Brejcha y Claptone o los ingleses Nick Warren y Damian Lazarus.
Estas circunstancias, se han prestado para que se presenten situaciones de violencia entre la delincuencia organizada y, lo más terrible, la desapariciones cotidianas de mujeres. Y ante el hermetismo y la complicidad de las autoridades locales, los grandes casos solamente trascienden en el momento en que son publicadas por la prensa internacional. Como lo ocurrido en marzo 2022, cuando la joven Zein Ahmed Hani Mohamed Dakrouri originaria de Egipto, de 26 años de edad, ya no pudo ser encontrada por su familia.
A su caso, se suma al de la rumana Mirela Stefanía Stanciu, de 28 años, quien perdió contacto con su familia por esas mismas fechas. En los últimos meses, en Tulum tampoco se sabe nada de Dulce María Cen Coyuc de 11 años, Yolanda Ciau May de 14 años, Merri Estefani Chacón Chimal de 12 años, todas ellas menores de edad.
La situación es dramática, pero el gobierno municipal no hace nada por intentar una normatividad que impulse las fiestas, pero que evite las situaciones negativas que se generan, al contrario, ven en ellos la oportunidad de obtener dinero a la mano, que no hace timbrar la caja de los impuestos.